RICARDO R. LLINARES. EXPRESIONÍSMO ABSTRACTO

RICARDO R. LLINARES. EXPRESIONISMO ABSTRACTO

Scritto da Myriam Lafuente Soler on . Postato in Cultura

El espejo (2010) 200×160. Acrílico sobre lino.

PINTOR INTUÍTIVO, LIBRE, ENÉRGICO, ABSTRACTO Y GESTUAL. SU PROCESO ES ACTION PAINTING Y TRABAJA EN SERIES SOBRE PAPEL HASTA LLEGAR A LA TELA DE LINO. USA EL PINCEL, CERAS, BARRAS DE ÓLEO Y EL ACRÍLICO PARA LIBERAR EL COLOR. GESTIONA ConTENEDOR, UN RESTAURANTE EN SEVILLA, DECORADO CON OBRAS SUYAS A MODO DE GALERÍA, QUE LE PERMITE ACCEDER A CLIENTES DE OTROS PAÍSES.

Myriam Lafuente Soler, giornalista spagnola (di Alicante), collabora per Agenda Viaggi scrivendo in spagnolo e inglese. Ci racconterà con i suoi articoli, le sue emozioni e i suoi punti vista. Una scelta inedita, che aggiunge un tocco internazionale al nostro magazine online.

Milan, Italy.

¿Dónde te formaste?

Me eduqué y forme en el mundo del arte en Sevilla (España), realizando estudios en la Facultad de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla entre los años 89/94, por la especialidad de pintura. Mi padre es pintor y siempre nos ha facilitado a mí y a mis hermanos esa vía de la pintura y de la creación. Mi padre tenía el estudio en casa y siempre lo consideré como mi taller de trabajo. El olor a óleo y a estudio de pintura siempre estuvo presente en mi vida. Me considero pintor de vocación, de trabajo diario en el estudio. Forme parte en 1997/99 con un grupo de artistas de C.A.L. (Colectivo Artístico Libre) dedicado a la creación y experimentación artística y visual en Sevilla.

En el aspecto docente, además de la realización continua de talleres de formación plástica en mis diferentes estudios de trabajo desde principio de los 90, para infinidad de alumnos, menciono con especial interés por lo que me aportó en lo creativo y lo personal, el taller de “Creación Terapéutica Artística” para pacientes del ala de “Psiquiatría del Hospital Macarena” de Sevilla, entre 2010 y 2014.

¿Qué artIstas te han influenciado a lo largo de tu carrera como artista?

Considerado por algún crítico como outsider dentro del microcosmos del arte de mi ciudad, mi trabajo se puede establecer en la más clásica tradición del expresionismo abstracto de la “Escuela de Nueva York”: Rotkho, Pollock, Newman, Motherwell. Nueva York era, en ese momento, la capital del arte del mundo en las décadas de 1940 y 1950, y después se difundió en todo el mundo. Los expresionistas abstractos eran europeos que se exiliaron a Los EEUU durante la guerra fría. Leí un libro sobre esta escuela de la crítica de Arte Dore Ashton que me impresionó, describía que el Estado daba dinero a los pintores para que produjeran obra. En la época de la facultad me impresionaron dos artistas catalanes, Miquel Barceló por la expresividad y su dibujo y Antoni Clavé por el uso de los colores. Baselitz, por lo carnal, agresivo, punto potente, descarado, Bacon, Freud, por el punto desgarrador en lo expresivo. De Cy Twombly, es interesante su gesto… Me fascinan todos ellos pues son muy expresivos, cada uno a manera. Gordillo, artista sevillano, me interesa pues es muy potente también en lo expresivo.

Instagram, una nueva forma de llegar, me permite acceder a un montón de autores desconocidos, es como una visita a galerías diariamente, por ello podría decir que me influye. Muchos artistas de prestigio lo usan y tengo acceso a su obra. Considero que es interesante ver lo que otros pintores hacen de una forma tan sencilla.

Cuéntanos sobre su trayectoria como pintor…

Muchos años, he vivido de y para la pintura, he realizado innumerables exposiciones en galerías locales tanto individuales como colectivas, participado en eventos, premios, certámenes… tantos que se me acumulan en mis cincuenta años, y resultarían una lista tediosa de nombres y fechas. Destaco con especial cariño, la que realice junto a mi padre “DOS GENERACIONES”, en el Centro de Arte de Tomares (Sevilla, España), en 2009, “HABANA VIEJA” en 2008, en La Habana (Cuba)- primera exposición en ese continente-. Cuando llegué allí me di cuenta que me había dejado llevar por el tópico. En realidad esta ciudad caribeña es pobre, precaria. La Habana no era color sino mucho más gris de lo que yo había pretendido. Allí percibí un sentido de colectividad del sector artístico, había una actitud solidaria entre unos y otros. Otra exposición que realicé fue “DANZANTES” en la galería Fúcares 2007, Madrid (España) -primera exposición en esta ciudad-, de acuarela y tinta china sobre papel de arroz. Tenía un punto oriental y me la quitaban de las manos, tuvo muchísimo éxito.

Los cuadros de Llinares decoran el restauruante ConTENEDOR en Sevilla, en la calle San Luis, 50. En pleno casco histórico cocina sin prisas, respetando los sabores naturales.

El restaurante ConTenedor en Sevilla como Galería, un espacio para dar a conocer tu obra.

Tengo un restaurante con mi hermano y es como mi propia galería. ConTenedor tiene mucho éxito, sus clientes son (sin haberlo pretendido) turistas de nivel, de hotel caro, que vienen a comer al restaurante. Mi obra tiene pues acceso a gente de Nueva York, ingleses o alemanes. Por ejemplo, si a un cliente del restaurante le ha gustado mi obra lo he llevado al estudio, donde trabajo. No quiero de decir que la galería no sirva pero es bonito que el cliente pueda ver al artista en su medio natural. Con mi restaurante me salto la barrera de la galería.

¿Por qué te gusta trabajar en series?

Me gusta agrupar mis trabajos en series, que se van sucediendo de manera temporal pero vinculadas por un nexo, cada una es consecuencia de la anterior de tal modo que casi podría considerar todo el conjunto como partes de la misma obra investigando sobre cuestiones de índole experiencial y personal sobre las que argumento la razón del proceso. De los últimos años destaco, “El cazador de mamuts”, desarrollada entre 2010 y 2018 y compuesta por más de 100 obras en papel, además de telas, en acrílico como técnica fundamental. En esa serie prima el trabajo intuitivo, la expresión azarosa y los colores primaros sobre una estudiada y meditada estructura compositiva.
La serie C.I.T.Y, (2018-2020) se nutre de las impresiones caóticas y desordenadas que nos llegan constantemente por el ritmo frenético de la urbe y del sistema. Igualmente en los cuadros esto se traduce en color y saturación espacial, todo el espacio del lienzo queda ocupado e incluso desbordado.
Si encuentro un tema una excusa para ponerme delante de la tela o del papel lo voy continuado durante cierto tiempo hasta que los considero exprimido. No hay una necesidad argumental previa, por eso, muchas veces, me me cuesta explicar la excusa por la cual me pongo a pintar, pues es un hecho básico o primario, conectar contigo mismo o desconectar del resto. Esa dualidad es mi método de evasión. La serie se desarrolla como un discurso argumental pobre, me suelo poner condiciones a nivel de formato, papel o tal formato de tela y muchas veces me pongo condiciones a nivel cromático. condiciones de papel o no me pongo rigores formales. Cada serie tiene su por qué en este sentido. Unas son consecuencia natural de las anteriores. Decir que la pintura la desarrollo por necesidad, tal vez sea excesivo, pero si es verdad que lo hago porque me gusta y me divierto. Actualmente trabajo en “La Piel”, una vuelta más, de fuera a dentro.

¿Cuál es tu método de trabajo?

Soy clásico trabajo con papel, tela sobre lino porque esa obra en tela ya el lino le da una categoría que no le da otro tipo de tela. Pincel, ceras o las barras de óleo. Ahora mismo uso acrílico, el óleo lo dejo para el caballete cuando pinto paisajes. El acrílico me permite desarrollarme sin problema; hago el trabajo en papel porque me resulta menos intimidatorio en mi proceso de búsqueda. También me permite sentirte menos cohibido con el resultado porque yo trabajo de forma intuitiva. Pinto, y a raíz de ahí veo lo que sale y me repito hasta que desarrolla la serie. La obra es más definitiva, tiene un principio y una conclusión. La serie me permite el desarrollo continuo de días, meses o años, y acumulo ese trabajo de experimentación y prueba siendo esta parte de mi obra la que considero más interesante.

La composición, es fundamental en el arte abstracto…

El trabajo a nivel compositivo es muy importante. La abstracción es composición y estructura más allá de los elementos cromáticos. Dónde se colocan los colores, eso es el discurso, el lenguaje abstracto y lo tengo muy en cuenta. Hago una primera mancha casi con los ojos cerrados, suelto la mano y dejo recorra la superficie… voy rompiendo el blanco y abriendo el cuadro. Sobre esa mancha esos pequeños golpes de pincel voy poniendo o sumando los pesos y voy empezando a modelar y crear la obra. Si trabajo el papel puedo ir con varios papees a la vez, y sin perder el ritmo. Una obra hay que dejarla reposar parar observarla y poder continuar sobre ella. Es una labor de búsqueda constante, con criterios que yo me condiciono hasta que me voy encontrando cómodo y voy dominando los nuevos problemas que yo mismo me he planteando. Los problemas vienen de los cuadros anteriores. Mi obra es una continuación constante, una es consecuencia de la anterior. No hay un razón por la cual desarrollo un cuadro sino que viene dado por la obra precedente.

Podría explicar el color en su línea sensitiva y compositiva en su obra

En la obra figurativa tiene un lenguaje donde el color se supedita a la forma y a la luz. El color en la abstracción eso se obvia y pasa a mostrarse de forma auténtica sin ningún tipo de filtro. El color en la obra abstracta se utiliza en la línea sensitiva: conexión directa del espectador, por lo que los colores le sugieren en su estado de ánimo o recuerdos. El color como el olor o los sonidos tienen conexión con la más profundo, recuerdos, la memoria que nos hace llegar a planos o a sensaciones que una obra figurativa puede no llegar. El pintor cuenta una historia personal que puede conectar con el espectador de forma muy directa, te conmueve… pintor y espectador conectan teniendo la obra como intermediaria. El color es comunicación directa, contacto directo con la parte irracional del espectador. Cómo esos colores se relacionan es la forma de contar una idea, muchas veces no es clara, y ese es el misterio de la abstracción. Un sensación placentera o de inquietud o desagrado que está provocado por el color y su distribución en el papel. Una relación entre un amarillo o un naranja o un verde… te puede transportar a un lugar o situación. La relación entre un marrón, azul y violeta te puede llevar a otras sensaciones o historias. Y en segundo lugar, el color como composición, la distribución del color en el lienzo… los pesos, la estructura…le da un sentido u otro… un cuadro donde los colores se distribuyen de forma periférica bailando dejando centro libre… o, al contrario, cargar toda la masa central con color potente, con toda la atención hacia el centro, o todo el color abajo con zona libre arriba… todo eso hace que la obra tenga un discurso, no conceptual sino abstracto que comunica con el espectador.

¿Qué colores hay en tu paleta en tu obra actual?

La obra que estoy desarrollando ahora en blanco y negro, la forma se plasma aunque no sea conceptual te metes en un mundo de sombra o ensoñación. El blanco y el negro para mí son la sinceridad pura, el descaro, ahí no hay no hay tapujos, el blanco implica el vacío, el negro el lleno… o, al contrario, el blanco es lo luminoso y el negro es lo oscuro o simboliza lo vacío. Esa bipolaridad y juego de masas descaradas, sin términos medios es muy interesante y muy complicado, pues con blanco y negro no te puedes ocultar…

¿Cómo te mueves al pintar sobre lienzo o papel?

El papel, los pinceles, la tela, son las herramientas con las que desarrollo la obra al margen de los colores. El papel lo utilizo por economía y porque es muy versátil y sufrido. Utilizo el Papel “Guarro” Basic. 370grs 100x70cms. El gramaje del papel te sugiere la cantidad de agua que puede soportar. Cuanto más gramaje (fibra y algodón) recibe mejor el agua. Las agresión con los pinceles lo tolera bien y retoma su forma natural sin problemas al echar agua. Papel noble, no tiene grano, con un blanco poco natural pero me va bien. Yo doy manchas de color de manera arbitraria (“golpeo”) y este papel permite que se reincida sobre él, aguanta capa sobre capa de acrílico.

Es cómodo, un papel todoterreno. Pinto muchísimo y acumulo mucha obra de seguimiento, de búsqueda, de transición. Esta obra es libre porque es suelta y tiene más interés como trabajo pues ahí está el nervio, el error… que es la parte más interesante. Cuando hay seguridad, la intención es más clara, está todo más pensado. La obra de búsqueda tiene un carácter importante e interesante y atractiva de la forma de trabajar que yo tengo. Esta sería la explicación por la cual me encuentro muy bien con el papel, porque yo insisto, y relamo… el papel me permite ir quedándome con la primera impronta o gesto. Termino y empiezo otro constantemente. Guardo todo sin ocupar espacio… sin el “exceso en lo relamido”. Cuando tengo confianza con lo que quiero contar recurro a la tela, que tiene mayor prestancia y presencia a nivel expositivo.

El pintor Ricardo R. LLinares. Detrás de él, una obra de la serie Des-flora del 99-2000 (190×150).

Los Pinceles palo“, así llama la pintora Fátima Pemán a tus pinceles. Podrías explicarnos por qué los llama así.

Los pinceles los cuido poco, soy poco metódico y se me van denigrando muy rápido. Los pinceles se convierten en pinceles con poco pelo “pinceles palo”, permiten crear un gesto o línea rota nerviosa. Los pinceles los meto en un bote de agua grande y los recojo de los que mis alumnos desechan, rescato los que ellos van soltando y los reutilizo. Son pinceles de baja calidad pero la pintura que yo hago no necesita de un pincel con un tipo de pelo específico. Al margen y en paralelo, tengo un par de brochas más cuidadas que me dan esa pincelada plana que ahora estoy buscando en muchos de mis trabajos, que me permiten crear los límites y hacer una pintura más limpia.

La tela de lino… último eslabón de una intensa búsqueda artística.

Trabajo en lino. Se me quedó en la mente una frase que me dijeron hace mucho tiempo: cuando alguien compra una obra, lo primero que hace es darle la vuelta al cuadro y ver qué tipo de tela se ha utilizado. Un coleccionista da valor a la obra y al soporte por lo que si ha de ser tela, que sea la mejor. Por eso, he decidido invertir en el lino que es noble, recupera muy pronto su forma si se tensa o distiende ( guarda muy bien la tensión). Es un lino preparado con un grano fino. No trabajo con la materia per sé de la superficie y de mi forma de pintar destacaría que me adapto a todo: al folio, al tamaño grande, si es en papel, de 100 por 70… Pienso que lo importante viene después. Es como cuando te gusta la cocina, a ver qué haces con un huevo y un poco de harina… en vez de que si te dan un montón de material super ecológico… En la base, siempre estás tú.

INFO

@ricardollinares
Ricardo Llinares Facebook

Myriam Lafuente Soler

Myriam Lafuente Soler

Myriam nace en Alicante, España en 1973. Desde pequeña siente una fuerte inclinación por la escritura. Se hace periodista y cumple su sueño junto con el de ser mamá de 3 hijos estupendos. Ha vivido en Singapur, experencia que la marca profundamente a la hora de ver el mundo. Vive en Italia desde hace 10 años. Le encanta la naturaleza y contemplar las nubes.