JOAQUÍN SOROLLA, LA LUZ

SOROLLA, EL PINTOR DE LA LUZ

Scritto da Myriam Lafuente Soler on . Postato in Appuntamenti, Cultura

MIS IMPRESIONES Y REFLEXIONES ANTE LA OBRA DE SOROLLA

Nadador, Jávea.1905. Óleo 90 x 126 cm. El mar fue una constante en su vida y en su obra como también lo fue la añoranza de la niñez.” El mar estaba clamo y todos los amarillos y naranjas se reflejaban, parecía que viajábamos sobre un mar de oro al rojo”. Juego, libertad y placer es lo que me transmite este cuadro. Ph Myriam Lafuente Soler

SOROLLA, PINTOR DE GRAN MAESTRÍA. VOLCADO EN SU TRABAJO Y SU FAMILIA. SU ESPOSA CLOTILDE LE ESCRIBIÓ: “YO COMPRENDO QUE A UN HOMBRE COMO TÚ QUE ANTES DE SER MARIDO Y SER PADRE ERES PINTOR, DEBE PREFERIR EL PINTAR A TODO LO DEMÁS”.

Myriam Lafuente Soler, giornalista spagnola (di Alicante), collabora per Agenda Viaggi scrivendo in spagnolo e inglese. Ci racconterà con i suoi articoli, le sue emozioni e i suoi punti vista. Una scelta inedita, che aggiunge un tocco internazionale al nostro magazine online.

Título: Instantánea, Biarritz, (Detalle).1906. 62x 93,5 cm. La esposa de Sorolla, Clotilde, era hija del que fuera el primer mecenas del pintor, el fotógrafo valenciano Antonio García. Clotilde siempre estuvo al lado de su marido, que era muy familiar. Sorolla fue quizás el primer pintor que pintó la cámara de fotos para aficionados de la mano de su esposa, la Kodak Brownie. “Usted dispare que nosotros hacemos el resto”. Ph.Myriam Lafuente Soler.

Milan, Italy.

He de reconocer que me siento muy orgullosa de que un pintor de mi patria, España, se empiece a conocer en mi país de adopción, Italia. He visto la exposición en tres ocasiones, con lo que se podrán hacer una idea de cuánto me ha gustado.

La luz de Joaquín Sorolla (Valencia 1863- Cercedilla 1923) penetra en el Palazzo Reale de Milán. Una muestra para observar en vivo su gran maestría en el color o en la pincelada y entender la influencia que ejerció la fotografía en su propia técnica pictórica hasta lograr un estilo personalísimo. La inauguración de la misma se hizo en un día gris típico del invierno milanés y la luz mediterránea de los cuadros fueron una fiesta para los sentidos. Milán bañada por la luz penetrante de un pintor mediterráneo. Cuenta con 60 obras y está organizada con la colaboración del Museo Sorolla de Madrid. Es la primera retrospectiva del pintor valenciano en Italia, donde no es muy conocido por el gran público.

Joaquín Sorolla y Bastida, gran exponente del Plein air, le gustaba salir a pintar al aire libre. En sus escritos dejó constancia en 1904 de que detestaba el estudio para pintar. Usaba poco la fotografía y prefería plasmar sus escenas in situ, “Yo pinto siempre con los ojos”. Eso conllevaba pintar muy rápido porque la luz cambia rápidamente (como lo harían los impresionistas). Sorolla daba pues pinceladas sueltas, libres y rápidas realizadas con pinceles muy largos y sin usar tiento. Le era imposible pintar despacio debido a que no deseaba perder lo fugaz, que se va y no vuelve más a encontrarse donde estaba anteriormente.

Con el calor de la mañana, el pintor se iba tocado de sombrero a la playa y allí plantaba su grandísimo lienzo sostenido con cuerdas para poder pintar sus cuadros con pinceles muy largos. Plasmó a los animales (bueyes, caballos) y a niños bañándose en la orilla o a mujeres esperando a los pescadores que regresaran de faenar y poder vender el pescado. “El agua era de un azul tan fino. Y la vibración de la luz era una locura. He presenciado el regreso de la pescGrecoa: las hermosas velas, los grupos de pescadores, las luces de mil colores reflejándose en el mar… me proporcionaron un rato difícil de olvidar”. Estas palabras solamente pueden salir de un enamorado del mar, que le vio nacer.

Soy de las personas que piensan que a un museo se va disfrutar aprendiendo. De esta exposición en el fabuloso Palazzo Reale de Milán destacaría seis aspectos que eran para mí desconocidos que deseo compartir con los lectores de Agenda Viaggi. El primer aspecto sería la influencia que ejerce en él su suegro y la técnica fotográfica que con él aprendió. Lo segundo, que gracias a un encargo que Sorolla recibirá en los Estados Unidos llega a conocer bien España, su país; el tercero, que en américa conoce una cultura más libre con unos artistas menos pegados a la tradición El cuarto, su gran amor por la familia que queda reflejado en los retratos que les realiza. El quinto, que el pintor valenciano no solo estuvo interesado pintar escenas típicas de la belle epoque, sino que el tema de denuncia social estuvo muy presente en su temática. El sexto aspecto sería tomar conciencia de que Sorolla fue un trabajador incansable con una vocación titánica.

Influencia de la fotografía en su obra. A través del recorrido por las distintas salas, se percibe la gran influencia que ejercería en la vida personal y artística, el padre de un amigo que conocería en la escuela de Bellas Artes, el fotógrafo Antonio García Peris que llegaría a ser su protector, mecenas y futuro suegro. Le apoyó, ayudó a no malvender su obra, impulsó como artista, enseñó el oficio y educó la mirada plástica.

La fotografía acababa prácticamente de nacer y era una técnica que manejaban pocas personas. García Peris le habilitó para ello un pequeño cuarto en su estudio fotográfico y allí, el joven Sorolla, iluminaría las fotografías en blanco y negro con acuarelas. Unos años que quedarían grabados en su memoria y que a la hora de pintar nunca le abandonarán. Muchas de las obras de Sorolla parecen fotografías: en la composición, la luz, el color, claros oscuro y distribución de los espacios así como el uso de la cámara oscura. La fotografía le enseñó una manera distinta de observar la realidad, pues el tiempo se podía detener de otra forma, y se alejó por lo tanto de los cánones clásicos a los que llegaría a desdeñar (a pesar de que se había formado en ellos en la escuela de Bellas Artes). Hay que señalar que no le bastaba la fotografía para tenerla como modelo, Sorolla quería vivir en directo lo que pinta, sentir para transmitir con los pinceles.

Sorolla tuvo conocer bien las distintas regiones de España para pintar el ciclo decorativo Visión de España para la librería del Hispanic Society of America. El mecenas americano Archer M. Huntington apasionado del arte y la cultura española conoce las obras del pintor valenciano expuestas en en la galería Grafton de Londres y le encarga realizar una panel de 70 metros de lago por 3,5 de alto donde se representarían los personajes típicos de las distintas regiones de España: catorce escenas diferentes que terminaron siendo la visión de Sorolla de su país. El pintor reconoció que tuvo que recorrer la península para conocer las distintas costumbres de las regiones. Un encargo de tal envergadura lo dejó exhausto. Escribió a su esposa Clotilde: “… no debía haberme comprometido con esta obra tan larga y pesada, cuando tan trabajado estoy”.

El contacto con la cultura americana. Me han emocionado las obras de las vistas frenéticas de la ciudad de Nueva York. Sorolla se embarcó junto a su familia en el trasatlántico La Lorraine rumbo a Nueva York en 1909 donde el pintor iluminista encuentra un arte joven y libre, con poca tradición o pasado y bajo esa influencia empieza a realizar su trabajo con una perspectiva nueva: el espectador del cuadro siente que está dentro de un rascacielos, y, desde allí observa a través de una ventana de un hotel el bullicio y ajetreo de las calles de una gran ciudad. Un Sorolla cosmopolita (llegó a pintar al presidente de los Estados Unidos, William Howard Taft), poco conocido por el gran público español pues en el imaginario colectivo pensar en Sorolla es pensar en el mar.

Su gran amor por la familia que le acompañó en sus viajes. Queda reflejado en los varios retratos que hizo a su esposa y tres hijos. En esta muestra podemos observar una cuadro inmenso en el que parece su suegro vestido elegantemente de blanco. A su mujer Sorolla (sería su musa y la retrataría en muchas ocasiones) le escribiría muchísimas cartas a lo largo de su vida, esa escritura a mano que sale del corazón: Ya te he contado mi vida de hoy, es monótona, pero qué le voy a hacer, siempre te digo lo mismo, pintar y amarte, eso es todo. ¿Te parece poco?. Al fallecer el pintor su esposa e hijos donaron la casa estudio donde vivían en Madrid al estado español, ahora es el casa Museo de Sorolla en la calle Martinez Campos. De ahí proceden muchos de los cuadros expuestos temporalmente en la capital lombarda.

Sorolla no solo estuvo interesado por pintar cosas bellas, la temática social la llevaba muy dentro. Hay que señalar que en esa época las diferencias de clase eran muy grandes. Temas como la prostitución, la enfermedad, la lucha por la vida, la superstición, la vida dura de los marineros empapados cargando cajas de pescado, la miseria de los hombres de la mar fueron también temas por que que se sintió inclinado. Es como si pintara las novelas del también escritor valenciano de Cañas y Barro Blasco Ibáñez. Ambos eran valenciano y amigos. Las playas de la Malvarrosa inspirarían a ambos.

Sorolla era metódico, un trabajador que parecía incansable. Vivía para pintar y fue muy prolífico. Su última obra fue un retrato de Mabel Rick, esposa del que en ese momento era director del Museo del Prado, Pérez de Ayala. En este último periodo pintaba con unos colores verdes y violetas, mucho más depurados. Es un cuadro que está sin terminar, pues le dio un infarto. Murió a los sesenta años, agotado de tanto pintar (2.220 obras catalogadas).

Sorolla con esta muestra entra en el corazón de Milán, en Italia. Un país donde su obra no es muy conocida, a pesar de ser un pintor fundamental para la historia del arte europea. Un must see si se visita esta ciudad en estos meses. Se podría completar con un viaje a Madrid para visitar y pasear en los jardines de lo que fuera la casa estudio del pintor en la Calle Martínez Campos. La guinda al pastel sería viajar hasta NYC, para ver los 14 lienzos de la Galería Visión de España e la Hispanic Society of America (alejado de lo más turístico de Nueva York, pero de visita obligada para los amantes del arte, la historia y de Sorolla).

INFO

Joaquin Sorolla, Pittore di Luce.

Palazzo Reale. Milán. Hasta el 26 de junio del 2022

Palazzo Reale Milano

Myriam Lafuente Soler

Myriam nace en Alicante, España en 1973. Desde pequeña siente una fuerte inclinación por la escritura. Se hace periodista y cumple su sueño junto con el de ser mamá de 3 hijos estupendos. Ha vivido en Singapur, experencia que la marca profundamente a la hora de ver el mundo. Vive en Italia desde hace 10 años. Le encanta la naturaleza y contemplar las nubes.