
ONAMA: A MANO AL REVÉS

CUANDO TORRELODONES ERA UN PUEBLO A LA HORA DE LA SIESTA, SU BISABUELA OÍA LA RADIONOVELA ROMÁNTICA DE GAUTIER CASASECA MIENTRAS HACÍA GANCHILLO. NINES AYCART ERA UNA NIÑA QUE APRENDÍA A SU LADO. PASARON LOS AÑOS. UN DÍA SU HIJO, ÁLVARO GAYOSO, LA VIÓ ENTRE HILOS DE MUCHOS COLORES Y TUVO UNA INSPIRACIÓN: ONAMA.
Myriam Lafuente Soler, giornalista spagnola (di Alicante), collabora per Agenda Viaggi scrivendo in spagnolo e inglese. Ci racconterà con i suoi articoli, le sue emozioni e i suoi punti vista. Una scelta inedita, che aggiunge un tocco internazionale al nostro magazine online.
Milan, Italy.
El padre de Nines Aycart era ingeniero industrial y tenía muchos materiales porque vivían cerca de una central térmica. Siempre estaba haciendo lámparas, mesas, pintaba también muy bien. Cuando se jubiló, hacía alfombras espectaculares de pura lana y nudo a nudo. De él ha heredado la paciencia, que es imprescindible para realizar manualidades y el no saber estar sin hacer nada. Nines Aycart es una madre a la que le gustan las manualidades, pasión que heredó de su familia y que ella intenta transmitir a hijas y nueras. Lo cuenta así: “La marca empezó el año pasado cuando mi hijo llegó de México y me vio enterrada en ovillos de colores y bolsos. Mi hijo pensó que me había vuelto loca. Yo le comenté que me ayudara a “desenredarme” las ideas, quería que otros lucieran mis bolsos, los conociera y disfrutara… y mi hijo me entendió, gracias a él nació ONAMA (a mano a revés).

Su hijo, tuvo una inspiración: que lo hecho a mano volvía a estar de moda; que la gente estaba harta de ir uniformada y que la artesanía estaba en alza de nuevo. Lo que su madre hacía no era antiguo o pasado de moda -pensó- sino que estaba de rabiosa actualidad y cualquier chica joven estaría encantada de llevar un bolso como los que hace su mamá. La gente tenía que conocer lo que ella creaba y de ese modo daría cauce a toda la creatividad que llevaba dentro. Álvaro Gayoso empezó a gestar ONAMA. Su madre se sintió orgullosa de él, su hijo era muy empático, sensible, artista e iba a sacar partido a las horas que ella invertía con el ganchillo. “El es el bastión de esta empresa, es quien hace las fotos el marketing y tiene mucha creatividad y profesionalidad. Yo pongo la parte emocional (me gusta que la gente disfrute con lo que sale de mis manos), la parte manual y creativa y mi hijo gestiona todo lo de más. Es un crack, creativo y tiene un don, el de saber ponerse en el lugar del otro y expresar lo que llevamos dentro pero no sabemos sacar. Sin el talento de mi hijo mis creaciones estarían dentro de un armario”, comenta la artesana sevillana.
“Uso trapillo, lana, lana aterciopelada, cintas”. De momento, está centrada en bolsos, que han tenido mucho éxito y no da a basto para satisfacer todas las demandas que recibe. En un futuro, se ve haciendo cojines de muchos colores y muy modernos. “Me gusta la improvisación, no soy de hacer planes, porque no suelo acabar haciendo lo planeado y me desvío hacia donde el viento me lleva”. Es una creadora original que le gusta dejarse llevar por su instinto, es de Sevilla, tierra donde cualquier momento es bueno para improvisar una canción.
Le gusta experimentar con texturas y colores. La combinación de colores le sale instintiva, gran amante de la naturaleza le ofrece una increíble variedad de posibilidades y esa es su fuente de inspiración subliminal. “Los animales tienen combinaciones armónicas de colores, ninguno nos parece cateto o exagerado sino que todos son bonitos: el pavo real, una cebra o un pez payaso. Me fascinan los contrastes de colores de la naturaleza por ejemplo el agua del mar y la arena, las tierras calizas, el verdín de una roca, piedras en medio de un césped”. Le gustan las combinaciones dulces y pastel así como las atrevidas y estridentes siempre que el resultado sea armónico y agradable. Para la creadora los colores tienen matices y, dentro de estos siempre hay algunas que combinan con el otro. Por ejemplo, un rojo adecuado con un rosa adecuado puede ser una perfecta combinación. No siempre el rojo y el rosa están reñidos.

Los bolsos son todoterreno, es decir que igual te lo pones para ir a la playa que de fiesta por la noche con vaqueros y tacones. Así define la creadora el estilo que tienen: “Son bolsos tipo cartera (clutch) de distintos tamaños, con cadenita para colgar o con pulsera para cogerlo. Elegantes pero informales, coloridos. Bolsos a los que cada persona puede imprimir su propia personalidad y los veo muy diferentes según la persona que los lleva, igual veo uno ideal para un día de campo que, de repente, lo veo en una fiesta de fin de año o combinado con un traje de flamenca. Son multiusos. A mí me encantan para salir a cenar o para dar un paseo cuando no quieres llevar muchas cosas encima y darte un toque distinto. Los bolsos de ONAMA son piezas únicas y con precios accesibles. Estamos saturados de productos en serie, la artesanía está pues en alza pues da identidad”, comenta Aycart a los lectores de Agenda Viaggi.
Le es difícil contestar a la pregunta de cuánto tiempo emplea en realizar un bolso. Cuando empieza a hacer uno éste ya está en su mente. Hay veces que tarda más de los esperado y otras veces que lo hace rápidamente. Pero desde la idea inicial hasta que lo acaba y queda envuelto para la entrega tarda unas siete horas. “Cuando empiezo un bolso en mi cabeza ya está hecho pero cuando empieza a dar las puntadas siempre pienso que no es tan fácil como creía ni tan rápido de acabar. Lo importante es que disfruto durante la ejecución”, comenta Aycart.
Esa sería la clave de los bolsos ONAMA que están realizados con cariño y por el placer de crear. Llevar una pieza hecha con cariñohoy día no tiene precio.