Lugano tiene un aire mediterráneo y está enclavado directamente en el lago. El casco antiguo contiene amplias plazas, así como estrechas y empinadas callejuelas y escaleras. Las magníficas casas de la ciudad datan en gran parte del periodo historicista (siglo XIX). Al MASI Lugano la exposición de Ferdinand Hodler es un must.
Lugano, Canton Ticino, Svizzera.
Destino ideal
La ciudad de Lugano está en su lago homónimo en el cantón italiano de Ticino en Suiza, al sur de la primera cresta de los Alpes. Como escapada turística, Lugano apenas necesita presentación. La belleza salvaje de la orilla del lago, las dominantes montañas de San Salvatore y Brè hablan por sí mismas y deben ser los mejores de sus planes de vacaciones. En la ciudad te enamorarás de la arquitectura italiana, los paseos junto al lago, los parques frente al mar, las elegantes calles comerciales y las plazas animadas con arcadas y mesas de restaurantes.

Las magníficas casas de la ciudad datan en gran parte del periodo historicista (siglo XIX)
El lago es largo y sinuoso
El lago llenando los profundos valles entre los picos.Y debido a los picos en la orilla, solo se puede ver una porción del lago desde Lugano, por lo que no debe dejar pasar la oportunidad de ver más en barco. El antiguo centro de Lugano es un placer para explorar, y está repleto de iglesias renacentistas y barrocas, conventos, palazzi y plazas con arcadas.Su primer puerto de escala tiene que ser la Piazza Riforma, bordeada por casas altas pintadas de pastel y llena de vida en las tardes y fines de semana. En el límite sur se encuentra la fachada llamativa del ayuntamiento neoclásico, mientras que la oficina de turismo también está aquí si tiene consultas.Los martes y viernes por la mañana, asegúrese de levantarse temprano para el mercado de productos frescos en Piazzale Ex Scuole, vendiendo fiambres, flores, queso y frutas.

Unas pinturas de valor incalculable creadas por el maestro Bernardino Luini
Nuestra Señora de los ángeles
La iglesia de Santa María de los Ángeles, justo en la orilla del Lago de Lugano, alberga dentro grandes tesoros que, desde fuera, nadie se imaginaría. Sobre todo, los frescos: Unas pinturas de valor incalculable creadas por el maestro Bernardino Luini, uno de los aprendices de Leonardo.
Tanto la Crucifixión como La Última cena (recuerda mucho a la de su maestro) son espectaculares y bien merecen la visita. Sorprende encontrarlos en un lugar como ese. Es interesante salir del Masi, pura vanguardia e ir caminando hasta la plaza Luino y adentrarnos en Nuestra Señora de los ángeles.

Lugano tiene un aire mediterráneo y está enclavado directamente en el lago
Via Nassa, el shopping por excelencia, con tiendas refinadas.
Comenzando en el extremo sur de la ciudad, Via Nassa está a una cuadra de la costa y se curva con la bahía de Lugano cuando ingresa al antiguo centro de la ciudad. Aquí puede hacer algunas compras serias en una calle con una larga línea de arcadas que se remontan al siglo XVII. En el pasado, esas salas de juego proporcionaban un lugar protegido para que los titulares de puestos comerciaran. Ahora son una forma genial de moverse en verano, y las boutiques de lujo, joyerías, grandes almacenes, emporios de alimentos y cafeterías se esconden debajo de los arcos.

No se puede vivitar Lugano sin entrar a este impactante edificio, aunque sea para tomar un café
MASI Lugano. Qué ver.
Es imperdible la exposición dedicada a Ferdinan Hodler y Filippo Franzoni.En el Masi Lugano podemos visitar la exposición de Louisa Gaglardi, con el sugerente título de Many Moons. Otra muestra intereante es Eugenio Schmidhauser, Oltre il Malcantone, donde se exponenen perciosas fotografías de cuando el cantón Ticino se abría al turismo internacional: la construcción de un imaginario turístico. De las muestras anteriormente citadas destaco por su envergadura la del pintor suizo Ferdinand Hodler, nacido el 14 de marzo de 1853 en Berna, está considerado hoy como el pintor suizo más célebre del siglo XIX. Su obra se sitúa entre el simbolismo, el Art Nouveau y un lenguaje artístico profundamente personal, influenciado por su infancia marcada por la pobreza y la responsabilidad familiar.En 1868 inició un aprendizaje como pintor de vistas, lo que le introdujo en el mundo de la pintura profesional. En 1871, fue descubierto en Ginebra por el pintor Barthélemy Menn, quien lo tomó como alumno. Inspirado por maestros como Camille Corot y Gustave Courbet, desarrolló en los años 1880 un estilo propio, que denominó paralelismo, caracterizado por repeticiones rítmicas y líneas armoniosas.

La exposición de Louisa Gaglardi, con el sugerente título de Many Moons
Uno de los temas centrales en su obra fue la muerte en el arte, un motivo recurrente derivado de sus vivencias personales. Esta temática impregna sus obras simbolistas, pero también se manifiesta en composiciones patrióticas y paisajes imponentes, considerados entre sus trabajos más representativos. Su arte fue reconocido en toda Europa: participó en más de 200 exposiciones y recibió múltiples distinciones, como la medalla de oro en la Exposición Universal de París de 1900, que consolidó su prestigio internacional y su posición económica. Ferdinand Hodler falleció en Ginebra en 1918, dejando un legado artístico entre el realismo y la modernidad. Su estilo claro, emocional y su búsqueda de la armonía universal siguen presentes en reproducciones artísticas de calidad, admiradas en museos y colecciones de todo el mundo.

Al MASI Lugano la exposición de Ferdinand Hodler es un must
INFO
Masi Lugano
Museo de Arte de la Suiza Italiana
Via Canova, 10
Photo Miriam Lafuente Soler



