
FÁTIMA PEMÁN, PAISAJES VIVIDOS

FÁTIMA PEMÁN, ARTISTA, SE SUMERGE EN LA SIERRA DE ARACENA PARA VIVIR Y PINTAR EN PERFECTA ARMONÍA CON LA NATURALEZA. “FUÍ A LOS BOSQUES PORQUE QUERÍA VIVIR DELIBERADAMENTE; ENFRENTAR SOLO LOS HECHOS DE LA VIDA Y VER SI PODÍA APRENDER LO QUE ELLA TENÍA QUE ENSEÑAR. QUISE VIVIR PROFUNDAMENTE Y DESECHAR TODO AQUELLO QUE NO FUERA LA VIDA… PARA NO DARME CUENTA, EN EL MOMENTO DE MORIR, QUE NO HABÍA VIVIDO”(THOREAU).
LA EXPOSICIÓN PAISAJES, EN LA FUNDACIÓN DE CULTURA ANDALUZA, CONSTA DE DOCE CUADROS PINTADOS AL ÓLEO, UNA CARPETA DE DIBUJOS ABSTRACTOS Y BOTELLAS INTERVENIDAS.
Myriam Lafuente Soler, giornalista spagnola (di Alicante), collabora per Agenda Viaggi scrivendo in spagnolo e inglese. Ci racconterà con i suoi articoli, le sue emozioni e i suoi punti vista. Una scelta inedita, che aggiunge un tocco internazionale al nostro magazine online.

Milan, Italy.
“La riqueza es la capacidad de experimentar plenamente al vida” (Thoreau). Parece ser que usted vive en perfecta armonía con la naturaleza, la cual vive, siente y ama. La Sierra de Aracena para usted es “su lugar en el mundo”, el lugar donde vive plenamente.
Antes de conocer la Sierra de Aracena navegaba a vela. Pero lo que más me gustaba, aparte de competir (en equipo, no era buena), era sumergirme en el mar. Un día paseando, recién viviendo en la Sierra, descubrí que en el bosque también te sumerges. Entonces no me importó estar tan lejos del mar. Cuando camino por el campo siento sensaciones que difícilmente se pueden expresar con palabras. La naturaleza se convierte para mí en mi mayor deseo, su conservación, cuidarla. Cuando menos se nota la mano del hombre, más me agrada. Pero me siento atraída por las paredes de piedra seca que construyeron los antiguos hombres de campo, la destreza con que están hechas, y su musgo. Parece como si la naturaleza amara esas paredes, y por eso las adorna con musgo y hierbas. Miro cada planta, cada arbusto, cada árbol, y me enamoro de ellos por sus hermosos nombres: rusco, jaguarzo, cantueso, labiérnago, aladierno, madroño, quejigo… Me vienen recuerdos de mi infancia, cuando, en un entorno distinto, me llenaba el pelo de resina trepando a los pinos. Y desde entonces ando admirando, cada flor, cada insecto, cada animal… Es la estética de todo ello lo que me embriaga, pero también su función, la de proporcionarnos alimentos, hierbas que curan, oxígeno. También nos hace imaginar la vida de hombres ancestrales, cuando la vida se parecía más a uno mismo, cuando lo artificial no era el espacio habitado.

Fotografía de Felipe Vázquez Talero.
“Basta con contemplar con atención cualquiera de los paisajes de F.P. para constatar que en el proceso creativo de la boscosa urdimbre de ramajes, broza, troches, claros y sombras, se ha optado, en primera instancia, por transcribir sin necesidad de método preceptivo alguno el orden azaroso característico de la propia naturaleza. Es el ojo el que ordena, en todo caso, mientras mira. Esa es la razón principal por la que sus paisajes nos parezcan tan “reales”. sin ser, en sentido exacto realistas” (Francisco L. González Camaño, en el prólogo del catálogo de la exposición). ¿Cómo logra transmitir ese “orden azaroso” de la naturaleza?
Cuando pintamos un paisaje, a ratos, recorremos con la mirada y el pincel o el lápiz la imagen como en un tapiz, hacemos el travelling de la observación. Asimismo, cuando dibujamos o pintamos abstracto podemos vislumbrar el paisaje de líneas y formas que recorren el lienzo o papel en blanco.
Cuando pinto del natural, por ejemplo un paisaje, me guio más por lo que me va pidiendo el cuadro que por el paisaje que observo, es decir: busco en el cuadro una forma que le sea necesaria y la encuentro en el paisaje, entonces la transcribo al lienzo. De otro modo la tarea sería monótona y poco creativa, ya que la realidad nueva está más escondida en el lienzo que en el paisaje.

La artista Fátima Pemán junto
a una de sus obra. Fotografía de Felipe Vazquez Talero.
“Una paseo por la mañana temprano es una bendición para todo el día” (Thoreau). Paseas, caminas, sientes y observa. Eres una pintora reflexiva… que le gusta pensar lo que hace.
Mis ideas sobre pintura las he deducido pintando. No leo mucho. Mis conocimientos vienen de la experiencia personal. Los conceptos, aunque sean universales, los descubro pintando. En N Y. no estuve suficiente tiempo como para aprender los conceptos de otra manera que no fuera pintando, aunque seguía unas pautas que me indicaba el maestro. La pintura la descubrí observando y transcribiendo la naturaleza. Ha sido y es la naturaleza la que me muestra los conceptos. Sólo así se pueden interiorizar.
Mi argumento, el concepto que encierra mi pintura, es una huida. Una huida del presente y del futuro, pero quedándome en un presente de aldea irreductible. Mi afán es permanecer en la Arcadia, mientras el mundo continúa en una vertiginosa coyuntura hacia un lugar espacio-temporal que me asusta. Nunca he entendido el urbanismo brutal en los enclaves de naturaleza exuberante para disfrutar de esa naturaleza brutalizada de ese modo. Reconozco que soy una romántica, una romántica en tiempos de un pragmatismo paradójico que no logro entender. Mi actitud en la vida es la de un cínico como Diógenes, pero también la de un estoico. No sufro ante los acontecimientos, los acepto desde mi posición de ignorante, y confío en que mi memoria, como a Bjork, en Bailando en la oscuridad, mantendrá vivos en mi mente los paisajes y sensaciones que la naturaleza me ha regalado.
La exposición PAISAJES se podrá visitar de lunes a viernes de 6 a 9 de la tarde. Sala David Puentes. Fundación Cultura Andaluza. Calle Salmedina, 3. Sevilla. Hasta el 12 de noviembre.
INFO
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Instagram @fatimapeman