La obra maestra de Gaudí se eleva a 162,91 metros sobre la ciudad, lo que supera, por poco, la punta de la aguja de la iglesia mayor de Ulm en Alemania, que alcanza los 161,53 metros. Para José Manuel Almuzara (Nador, 1952) uno de los mayores expertos de la obra de Gaudí (1852-1926) este templo es su obra magna, en la que el genio puso toda su capacidad arquitectónica y simbólica.
Barcelona, España.

El monumento más emblemático, superando incluso al Parque Güell y la Casa Batlló en número de visitantes.”La Sagrada Familia es una obra que está en manos de Dios y de la voluntad
del pueblo” (Gaudí).
Un lunes de 1926, Gaudí fue atropellado.
El lunes 7 de junio de 1926, cuenta el arquitecto, Bassegoda Nonell (1930-2012) que Gaudí, se disponía a cruzar la Gran vía entre Bailén y Gerona, en su habitual paseo entre la Sagrada Familia y el oratorio de San Felipe Neri, junto a la catedral. Pasó por encima de los raíles del tranvía que, con el disco nº 30, circulaba entre la plaza de Tetuán y el paseo de Gracia. Al intentar el paso sobre las vías en dirección paseo de Gracia a plaza de Tetuán, se apercibió de la proximidad de un tranvía sobre esta vía y procedió a retroceder, momento en el cual otro tranvía, circulando en sentido contrario, le propinó un fuerte golpe en el hipocondrio derecho, a consecuencia del cual cayó al suelo sufriendo conmoción cerebral.

La sagrada Familia es algo sin igual en el mundo. La originalidad para el arquitecto catalán es aquello que vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones.
Unos transeúntes lo levantaron e intentaron parar al menos tres taxis que no se detuvieron, eludiendo la posibilidad de llevar al herido a un centro sanitario. Un Guardia Civil obligó al chófer de otro taxi a conducir al herido a la Casa de Socorro de la Ronda de San Pedro, permaneciendo a su lado hasta la llegada de la ambulancia que lo trasladó al Hospital de la Santa Cruz. En los últimos años de su vida el genio catalán vivía para para la construcción del templo expiatorio de la Sagrada Familia, Trabajaba con ilusión, la misma mañana en la que fue atropellado dijo a un colaborador suyo: “Mañana ven temprano que haremos cosas muy bonitas”.
Fiesta de colores
Visité hace años la Sagrada Familia, y la impresión que tuve dentro del templo fue simplemente: Dios mio, qué maravilla. He entrado en muchas iglesias a lo largo de mi vida y la sensación que me produjo la de Gaudí ninguna otra me la ha dado: entrar en la Sagrada Familia es como entrar en un bosque de piedra, con columnas que se elevan hacia el cielo como árboles. La luz que se crea, a través de las vidrieras, es un espectáculo de colores que cambia según la hora del día, produciendo una atmósfera mágica.
Tengo la sensación de que al genio le pilló un tranvía porque iba ensimismado descubriendo, oyendo voces de lo alto (Gaudí decía que en la construcción de la Sagrada Familia su cliente era Dios). Es una paradoja de que la muchedumbre que pasó de largo cuando fue tropellado (pensaron se trataba de un mendigo) es la misma que contempla la torre más alta del mundo.
La arquitectura es arte y es ciencia dado que crea espacios estéticamente emocionales y significativos al mismo tiempo que se necesitan conocimientos de ingenieria matemáticas y física para la construcción funcional. La aquitectura del genio catalán es arte que refleja belleza y transforma el alma. Esta basílica impresiona tanto por su espectacular arquitectura como por la fuerza simbólica que encarna. Al cristianismo le es esencial la idea de “tradición”. Somos portadores de un testimonio que hemos recibido y transmitimos de generación en generación. El turista despistado que entra en el templo expiatorio de la Sagrada familia de Barcelona siente dentro “algo” que todavía no sabe qué es pero que se le invita a conocer: es la fe, que se tranasmite de generación en generación hasta el fin de los tiempos.

Gaudí hizo una Biblia en piedra, un lugar donde cada elemento arquitectónico tiene un significado religioso. La luz que se filtra a través de las vidrieras crea una fiesta de colores.
Un hito: la iglesia más alta del mundo tras colocar el primer elemento de la cruz de la Torre de Jesucristo.
A finales del verano de 2025, la torre ya había superado los 155 metros (508 pies) y se había convertido en el edificio más alto de Barcelona, con una finalización prevista para finales de 2025 o principios de 2026. La Sagrada Familia se acerca a un hito: una vez terminada su Torre de Jesús, la cual se planea que alcance una altura de entre 172 y 172,5 metros, la basílica superará a todas las iglesias del mundo, superando por poco a la Catedral de Ulm, en Alemania (161,5 m). La cruz de Cristo significa, según el arquitecto Almuzara el sacrificio y la muerte de Jesús por la salvación de la humanidad, representando la victoria sobre el pecado y la muerte. Es el símbolo central del cristianismo, simbolizando el amor de Dios, la redención, el perdón y la esperanza de vida eterna para los creyentes. Uno de los tres grandes amores de Gaudí: la Cruz, la Virgen y la Eucaristía. La torre de Jesucristo se quiere inaugurar y bendecir el próximo 10 de junio de 2026, centenario del fallecimiento de Antoni Gaudí i Cornet. En la fachada de la Pasión existen varias cruces relacionadas con la Pasión y Muerte de Jesucristo, obras del escultor Josep Maria Subirachs, interpretación personal no acorde con el diseño de Gaudí., según el experto Almuzara.
Para Almuzara, el hecho de que sea la torre más alta del mundo es una anécdota, un aspecto, lo esencial es que sea “para mayor honra y gloria de la Sagrada Familia, despierte de su tibieza los corazones adormecidos, exalte la fe y de calor a la caridad” como se contempla en el Acta de la primera piedra del Templo expiatorio de la Sagrada familia, de fecha 19 de marzo de 1882. Donde hay caridad, ahí está Dios. La Sagrada Familia de Barcelona invita a abrirnos a la caridad con todas las personas del mundo, sean de donde sean. Gaudí está enterrado en la cripta de la Sagrada familia, su obra con estilo único.

Desde hace más de 142 años, se eleva lentamente hacia el cielo. Icono de Barcelona y obra maestra inacabada, fascina por su belleza, complejidad y dimensión espiritual.
Para Gaudí todo salía del gran libro de la naturaleza.
La obra más importante del arquitecto catalán Antonio Gaudí despierta corazones adormecidos
Almuzara destaca esta frase de Gaudí: “La creación continúa incesantemente por mediación de los hombres, el hombre no crea: descubre y parte de ese descubrimiento. Los que buscan las leyes de la naturaleza para formar nuevas obras, colaboran con el creador; los copistas no colaboran. Por eso, la originalidad consiste en volver al origen”. Y añadía Gaudí : “Cada uno utiliza el don que Dios le ha dado. Su realización es la máxima perfección social. El que construye y tiene que hacer cosas, que no critique las obras de los otros ni defienda las suyas, sino que haga y dirija la crítica contra sus propias obras para depurarlas y mejorarlas”. Esta frase la destaca Almuzara para darnos a entender que el genio catalán trabajaba con una constante presencia de Dios.
La sensación del visitante cuando penetra en la Basílica es: “Aquí se respita Cristo”, un Cristo que vivió en una familia, que tuvo padre y madre, con lo que jugó y aprendió, que recibió el calor del amor. Se crea dentro del templo una atmósfera que es la de una presencia espiritual que se podría cortar con un cuchillo. De hecho, la visita a este templo provoca un acercamiento a la fe. Las obras de Gaudí no se visitan, se contemplan, y creo que podría ser ese el motivo por el que atrae tanto a los japoneses, que visitan numerosos la ciudad en busca de la huella del genio.
El Arte lleva a Dios y Dios es Arte. Dios todo lo ha creado, y, el Arte que hacen los artistas es un reflejo de la divinidad. Para el genio catalán la arquitectura, su arquitectura, no era más que una extensión de la obra divina. En el pensamiento de Gaudí, cuando una cosa está en el camino de la perfección había que exprimirla hasta llegar a estar del todo bien y, para hacer las cosas bien, era necesario, primero, amor y después, técnica. El amor es el principio para hacer las cosas bien. La arquitectura era para Gaudí la mejor de todas las artes, era un ser apasionado que trabajaba apasionadamente. Quien contempla su obra nota como las fibras de su corazón de destensan. Gaudí va directo al corazón.

José Manuel Almuzara se encuentra entre los expertos más destacados de la obra de Gaudí . Ha presidido la Asociación para la beatificación de Antonio Gaudí.
Variedad dentro de la unidad
Es su obra magna, comenta Almuzara, puso su genialidad arquitectónica y simbólica en dicha obra; desde el 3 de noviembre de 1883, en que asumió el proyecto y dirección de sus obras (con solo 31 años y los últimos 12 años de forma exclusiva), hasta el 7 de junio de 1926, día del accidente, tres días después falleció. Para Gaudí : “El gusto personal de los arquitectos que me sucederán influirá en la obra, pero esto no me sabe mal: pienso que aun beneficiará al Templo. Marcará la variedad de los tiempos dentro de la unidad del plan general” y así está siendo. Nos hemos acostumbrado a las grúas, tan altas como las torres de la Sagrada Familia. Es muy difícil de determinar la fecha en la el templo esté terminado, sujetos a las circunstancias del presente y futuro, pero en condiciones como las actuales -según Almuzara- se piensa que en torno a 2035 ó 2037.
Gaudí trabajaba cara a Dios, y su talento fue un bien para la humanidad dormida. Un templo, para el arquitecto catalán, era la única cosa digna de representar el sentir de un pueblo, ya que la religión es la cosa más elevada en el hombre. Gaudí decía además que, esta obra, iría lentamente pues su Cliente era Dios. Gaudí intuyó bien, las grúas conviven con las torres hasta ahora…
Fotos Juan Manuel Almuzara




