
BAR LUCE, UN VIAJE EN EL TIEMPO
PROYECTADO POR EL CINEASTA AMERICANO WES ANDERSON. FUNDACIÓN PRADA.

Ph. Myriam Lafuente Soler.
IDEA WEEKEND: VISITAR LA FUNDACIÓN PRADA Y DEGUSTAR UN DELICIOSO DRINK EN SU PANINOTECA DE LUJO.
Myriam Lafuente Soler, giornalista spagnola (di Alicante), collabora per Agenda Viaggi scrivendo in spagnolo e inglese. Ci racconterà con i suoi articoli, le sue emozioni e i suoi punti vista. Una scelta inedita, che aggiunge un tocco internazionale al nostro magazine online.

Ph. Myriam Lafuente Soler.
Milano, Italia.
Wes Anderson, prestigioso director de cine americano que vive en París, aunque ha vivido gran parte de su vida en Nueva York. En 2015 proyectó el Bar Luce donde recrea la atmósfera de un bar típico de la vieja Milano. “Cuando proyecté este bar, lo hice de forma opuesta a como hago los sets de mis películas. He creado un lugar donde poder ir cinco veces a la semana. De pequeño quería ser arquitecto, y por eso esta ha sido para mí la ocasión de fingir que lo soy”, cuenta Anderson refiriéndose a su trabajo como proyectista del bar de la Fondazione Prada. Un bar que ha sido pensado para ser vivido, con sillas cómodas y bonitas para sentarse, conversar, leer, comer un delicioso bocadillo y beber un drink. Como indica Anderson ” Creo que sería un excelente set, y también un lugar ideal para escribir una película pues he procurado dar forma a un lugar en el que me encantaría pasar mis tardes en las que no me dedico a mi trabajo cinematográfico”. Anderson ha querido recrear un bar milanés de los años 50 y se ha inspirado para ello en el cine italiano con iconos como Visconti, Vittorio de Sica y Rocco. Como homeaje a Milán, el director americano se ha recreado en la Galería Vittorio Emanuele del centro de la ciudad en las paredes y techos empapelados que la recuerdan.
La estética como medio para salir de la ordinadinariez
Del bar algunos clientes han escrito: “Cocktail excelentes, bocadillo de jamón y tartufo muy gustoso y una agradable atmósfera”, “Un lugar maravilloso, spritz caros pero fantásticos” o “Precioso sitio, excelentes bocadillos, pocas mesas y servicio excelete”. Los clientes del bar están atendidos por unos camareros pulcramente uniformados, tocados de pajarita negra y muy bien peinados. Todos los detalles que conforman la decoración del bar nos evocan una época pasada, cargada de nostalgia donde se iba al cine, se escuchaba la radio y se vivían los placeres de la vida de otra manera. El cineasta americano cuida la estética en su mínimo detalle, se podría decir que tiene obsesión. Anderson desea cargar de recuerdos el ambiente con objetos que tengan algo que decir. El secreto final es que, aunque no lo pudiera parecer, nada está ahí por pura estética, sino que hay algo más como tocar tu corazón a través de los sentidos, recuerdos y memorias. Los colores y los objetos, transmiten sentimientos.

Ph. Vittoria Curcio
Una porción de tarta rosa a juego con la silla
Wes Anderson es un colorista de cualquier tonalidad. El uso de color del Bar Luce es una perfecta composición simétrica en colores pastel que empaña todo de nostalgia. Las tartas de color rosa o verde agua Marchesi hacen juego con la tapicería de las sillas. Son los rosas de la pastelería de Gran Hotel Budapest. Los objetos que adornan el café están inspirados en los años cincuenta: ventiladores antiguos, tarros de vidrio que contienen gominolas que se vendían a granel, cajas de sardinas, botellas de licores, polos de todos los sabores.
Lo que más me ha llamado la atención del bar es que el cliente tiene la sensación de que de un momento a otro se va a rodar una escena en ese set. La ambientación del bar invita pues a recrear esos momentos en los que se vivía sin tanta prisa, donde no había móviles y se hablaba mirándose a los ojos. Un bar donde se iba a hablar, a descansar, a enamorarse, a jugar, a llorar o reír. Era ” el sitio” de recreo con ambiente familiar. Una extensión del hogar familiar.
Lo admito, tengo debilidad por locales bonitos y el Bar Luce me ha encandilado. Wes Anderson ha hecho que me sienta dentro de una historieta o un cuento degustándome un trozo de tarta de color rosa a juego con el color de la silla, después de haberme dejando encantar por los tulipanes de acero brillantes de colores distintos del artista Jeff Koons, de la exposición permanente de la Fundación Prada. Pienso que no se puede visitar Milán sin haber pasado por esta fundación y haber degustado un drink en su bar. Los precios son abordables para estar en una location de cine.
INFO
BAR LUCE FONDAZIONE PRADA
Largo Isarco, 2 Milano